lunes, 22 de octubre de 2007

Pronto la noche viene


Era uno de esas oportunidades para alabar al Señor en forma espontánea en un culto más de mi querida Iglesia en Coronel.

El hermano Juan, que coordinaba la reunión, insistía en que personas valientes entonaran cánticos delante de la congregación como expresión de gratitud.

Yo repasaba un viejo himno en mi banca, al lado de mi padre, con el deseo de aceptar el desafío.

Hasta ese entonces, mi hermano Alejandro y yo nos caracterizábamos por cantar fuerte. Nos instalábamos uno a cada lado de la organista mientras la congregación entonaba algún himno y a modo de competencia intentábamos destacar con nuestra voz, a pesar de los gestos de algunos por la contaminación acústica que provocábamos.

La invitación del hermano Juan estaba lanzada. Esa noche y con la osadía de mis ocho años me levante de mi banca, con el viejo “Himnos Selectos Evangélicos” bajo el brazo y recorrí el pequeño, pero interminable templo, ante el asombro de varios hermanos.

El himno seleccionado : “Pronto la Noche Viene”... y efectivamente..., se me vino la noche.

Por razones que no entendía la melodía de mi mente no podía conectarse con lo que yo entonaba y la desafinación era evidente. Los hermanos alababan mi valentía y solidariamente me animaban. Sin embargo, yo sabía que era un desastre y me sentía molesto... ¿Cómo era posible que no cantara tan afinado como cuando lo hacía con toda la congregación?.

Volví a mi banca molesto, pero no derrotado. Busqué otro himno para ensayar, el escogido fue: “Anhelo Trabajar por el Señor”. El hermano Juan insistía en que otros cantaran, no se si para que me imitaran o para que arreglaran mi presentación. Opté por darme otra oportunidad y pedí permiso a mi papá, intentando pasar entre sus piernas para cantar de nuevo. Su mirada fue clara: “Esto no es chacota”;

Era desafinado y punto, el único consuelo que tenía era aferrarme a la tradicional declaración evangélica : “no importa como salga, total es para el Señor” .

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ohhhhhhhhh... mala pata también... jejejej... ahora entiendo por qué canta despacito las canciones del EJE.


mau